Hola! Voy a compartir mi opinión de la actuación en los Grammys aun a riesgo de ser guillotinado. Y el hecho es que me ha parecido una presentación bastante deslucida, monótona, carente de fuerza, desangelada y hasta desanimada. Por momento, el fantasma de aquella legendaria noche en que el Gimme More de la Britney vio la luz, me empezó a asediar de manera bastante inquietante. Puesto a recordar, por otra parte, actuaciones pasadas en que Madonna lo daba todo arriba del escenario, como aquel Into The Groove del Who's That Girl Tour, con la plenitud del físico y la juventud puestos al servicio de la euforia escénica, esto que acabo de presenciar apenas si resulta un vago vestigio de lo que alguna vez fue. Muchas veces me cuestiono si mi aguante por Madonna tiene que ver con una mera cuestión de inercia, de respeto a la trayectoria y gratitud por lo que supuso su figura en el pasado, por todo lo que nos supo procurar en sus mejores momentos. Ya lo sé, la nostalgia de nada vale, que el pasado pisado. Y tampoco quiero dar la impresión de que me estoy prestando a ese fútil debate de si ya está algo pasada en años, que se me antoja por demás contraproducente a la par de retrógrado y misógino. Es que simplemente no sé quién anda más nostálgico del pasado: si ella o yo. ¿Qué pretendo decir? Que observo a una artista obstinándose en seguir apostando a propuestas musicales que cada vez le cuesta más defender en vivo. Cuando se la ve quedarse sin aire al tiempo que realiza una coreografía por demás estática, sostenida por un coro potente que ayuda a camuflar el endeble hilo de voz que le brota por la garganta, es que me pregunto si no habrá llegado el momento para reconciliarse con la realidad fáctica y abandonar ese afán denodado por estar en la cresta de la ola a como de lugar, acechada como la percibo por la emergencia de las nuevas generaciones de artistas pop. ¿No sería más provechoso para ella y para todos los que la seguimos apostar por un giro en su carrera de miras más modestas a nivel estrellato pero donde la propuesta artística y estética resulte con un saldo a favor? ¿Cuánto no habrá de un magnánimo ego obstaculizando este anhelado desapego por monopolizar la escena musical actual? Lo sé, me estoy poniendo en plan Osho, pero es que la veo y mi faceta zen clama "¡Calma, chica! ¡Que ya hace 30 años que nos demostraste lo guay que eres!"