Toda la vida yo he pensado que el talento era más importante que el trabajo, y odiaba a la gente que decía lo contrario. El tiempo me quita cada vez más la razón, y más en la profesión que he elegido. Para ser un cocinero con estrellas Michelín, obviamente no te puede faltar el talento ni ser un retrasado, pero si que pienso que es mucho más fácil adquirir el "talento" (es decir, una habilidad, la habilidad de saber hacer técnicas culinarinas, el tener buenas manos) que la "mente" (que en mi opinión, y más en cocina, hay gante que tiene y gente que no)
Para mí la combinación perfecta es mente y trabajo. Puedes no tener tanto talento, pero si tienes mente para saber disimular tus carencias, y trabajas en mejorarlas, el talento puede llegar a no ser necesario.