Después del Jane y su consecuente fase depresiva postruptura, el Hands all over me parece el disco más sincero y que cumple con transmitir la contraportada del chico malote rompecorazones que tiene Levine, es decir, esa faceta más intimista (no curtain call) y más infantil (misery) que hay detrás de esa fachada. El título le va que ni pintado, es un manos arriba, vamos a desnudarte y ver qué llevas dentro.
Y ya, que me emociono con tanto análisis.