Jajajajaja el homeless le tiró los picos tras decir: "si tú me manda callá eh que no sabe apresiá er cante!" (Me acabo de acordar de las palabras exactas). Es que todo sucedió en un callejón no lejos de la Carbonería y cerca de una iglesia que por fuera es bonita. El tio apareció al otro lado del callejón y el chico me dijo que venía alguien. Se guardó el pollón (sí.) corriendo, yo me puse de pie y la magia comenzó. Luego ya fuimos a su airbnb (el chico era francés) y echamos un polvazo épico que nunca olvidaré.