Esos programas que se nutren de la falta de oportunidades y de esa gente que nunca ha tenido nada y se ha dignado a sobrevivir. Un Callejeros, que hace espectáculo de la penuria de la clase trabajadora, la venta de droga en los barrios populares, de los descampados, de los coches tuneados y de las viviendas antiguas. Esos programas que vuelven a cruzar el puente de la M30, pero para mostrarnos las mansiones de los ricos en Quién vive ahÃ, para enseñarnos sus dúplex, sus enormes y preciosos jardines, sus piscinas particulares y sus cochazos en los garajes. Mientras tanto, Jonathan y Lore están en Gran Hermano, fallando respuestas a preguntas de cultura general para que los ricos de los barrios bien se rÃan y para que la gente de los barrios populares se avergüence de sà misma. Lo que no saben es que Jonathan y Lore estudiaron en aulas masificadas de colegios sin recursos. Que se dejaron greñas y vistieron con chándal porque era la ropa más barata. Que fueron a botellones porque las copas en el bar eran demasiado caras. Que jugaron al fútbol en parques descuidados, en campos en los que dos sudaderas arrugadas hacÃan de porterÃa. Que sus padres no pudieron pagarles el tÃtulo de ADE, ni comprarles un mini con el que ir a la universidad, porque el salario que entraba en casa no daba para más que para llegar a fin de mes. Que no encontraron un trabajo decente y bien remunerado, y que tuvieron que alquilar o dar una patada a la puerta de uno de esos pisitos de esos barrios sin orden urbanÃstico, con papeleras que rebosan basura y con pintadas que tardan meses en limpiarse. Que entraron en Gran Hermano porque, si lo hacÃan bien, tendrán la vida resuelta, y eso es algo que nunca llegarÃan a lograr en sus circunstancias normales.
a mi esto me parece una soberana mierda de principio a fin.