Hay pasajes en este disco preciosos, realmente duele puntuarlo de 0 a 10 como si fuera un disco cualquiera. Los discos de Björk siempre tienen algo especial, incluso Volta. Está claro que un 7 de Björk no es el mismo 7 que le das a otro artista.
Pero también jode ver cómo tiene entre las manos una obra maestra comprensible para cualquier persona y se queda a las puertas porque la deja ir una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez... Para mí, ha vuelto a hacerlo.