El curandero que cree sanar con las manos; el pseudoterapeuta que trata con flores de Bach y se reafirma en que lo que hace es válido porque a la vista está que sus pacientes salen mejor que entran; el psicólogo clínico que utiliza psicoanálisis con sus pacientes porque cree firmemente en las hoy abandonadas teorías de Freud... no son lo mismo que una estafa piramidal. Hacen de ello su trabajo, su forma de ganarse la vida, pero a no ser que se demuestre que mienten a sus pacientes a sabiendas, no es ilegal lo que hacen. Sí que hay una verdad objetiva que se están pasando por el forro, pero es que son los primeros engañados, y no tienen a priori mala voluntad. Aunque hayan vinculado esa mentira a su lucro.