Yo estoy a favor del turismo, por supuesto. Pero como la gente lo hace todo mal pues el turismo también se nos ha ido de las manos. El caso de Venecia es, tristemente, extremo. Pero si los políticos y empresarios no ponen de su parte, otras ciudades corren un riesgo parecido. No igual porque Venecia es única hasta para eso, pero sí peligroso.
Conozco venecianos de pura cepa y me han contado como muchos negocios tradicionales locales (el papel, por ejemplo, de gran tradición) se han perdido y han sido sustituidos por tiendas de chinos donde venden mascaras venecianas fabricadas en china a turistas chinos. Y mientras cada año 1000 venecianos se mudan a terra ferma. O sea, el turismo busca, se entiende, una autenticidad o un algo distinto y al final se acaba yendo a un escenario falsificado.