Pues es que en general sí, le puedo contar mi vida sexual al primero que pasa por la calle, pero mis padres... son harina de otro costal. La primera vez que fui al ginecólogo mi madre me tiraba puyas en plan "yo creo que todavía no tienes que ir, eso hasta que no tengas relaciones sexuales nada" como intentando tirarme de la lengua o yo que sé. Y tenía ya 20 años o así.