@Mantaray el problema no es la saturación de color, sino que ha destrozado detalles, cambiado varios colores porque sí y repintado de una forma muy basta y plana. La policromía de las esculturas del XVI era más fina, como si fuera un cuadro. De hecho los pintores de imagenes, imagineros, estaban especializados en esa tarea y solo ellos podían hacerlo.
En restauración prima consolidar lo mejor posible lo que nos ha llegado de original y no añadir ni inventar nada. Si acaso se pueden completar vacíos de pintura con rallas paralelas que vistas de lejos hacen la ilusión de que está completo, pero de cerca se diferencia lo histórico de lo nuevo.
El valor de la escultura no está solo en su volumen, sino también en la policromía.