En un mundo ideal Silvia Pérez Cruz iría con una composición propia, guitarra en mano, sin perder un ápice de autenticidad y (ganase o no) haría más por la reputación musical de España en 3 minutos que la comparsa de cantantes de karaoke que ha desfilado por ese escenario en los últimos 15 años.
Pero en España tenemos un problema distinguiendo lo genuino de lo genérico, creo. Y luego está el hecho de que muchos de los artistas con una propuesta artística sólida, como la mencionada, no irían a Eurovisión ni jartos de vino. O sea, Chikilicuatre, D'Nash, Son de Sol, El Sueño de Morfeo, Algo chiquitito, Que me quiten lo bailao -¿pero qué artista serio va a querer estar en esa lista?