Cuando los compositores suecos tienen buenos temas, los meten en el Melodifestivalen, porque aunque no sean seleccionados al menos tienen visibilidad y ventas aseguradas.
Y el resto de temas intentan colarlos a otros países con más (Helena Paparizou) o menos (Brequette) éxito.
España es uno de los que no falta, año tras año, al mercadillo de las gangas Schlager, al menos desde esa joya que era "I love you mi vida". El año pasado, para colmo, se hizo una adaptación de la letra original que daba auténtica vergüenza ajena. Ya sé que en 2016 da igual que la canción venga de donde sea, pero hubo una época en la que España mandaba temas con un sello indiscutible. Ahora somos Bielorusia.
Hablando de Bielorusia, su canción de este año tiene más carisma que las 6 candidatas españolas juntas. Y ni siquiera es buena.