El sentido de la participación de Australia parte del hecho de que llevan viéndolo masivamente desde principios de los 80. No hay ningún otro país que haya demostrado ese interés por el Festival, y no lo habrá en años. No me parece que por permitirles participar ahora se esté abriendo la puerta a Estados Unidos o China.
Los eurofans australianos son eurofans de facto: en Estocolmo había casi tantos como españoles o belgas (que ya es decir), contrastando con la ausencia de fans del este (no vi una sola bandera armenia o polaca). Los koalas entienden el sentido del festival, su componente kitsch y geopolítico, y no se comportan como outsiders o invitados. Los espectadores estadounidenses suficiente tienen con asumir que en Europa haya más de 6 países diferentes, y cuya divisa no es el dólar.
Tengo la sensación de que en 2017 nos espera un festival por el que Ucrania está dispuesta a endeudarse a niveles olímpicos. Va a ser la única demostración de capacidades en un contexto en el que les interesa hacerse ver, y sobretodo ser recordados. Suecia ha sentado un interesante precedente en cuanto a soltura del show y guión -el reto para Ucrania será mantener eso.
En un plano artístico 2017 va a ser interesante también: basta ver el marcador final para anticipar menos circos tecnológicos. A excepción de Rusia, la mayor parte del top 10 salieron al escenario solos, y evitaron complementos innecesarios. Ahí están Ucrania, Australia, Francia, Armenia, Bulgaria, Suecia, Polonia... Ha ganado el menos es más.
Y con suerte, 2017 significará menos inglés.