Es tan difícil no ser pesimista cuando se escuchan cosas como los 6 snippets españoles. Ya no es que sean malas -en Eurovisión sabemos que ese es un concepto relativo- es que seguimos en el día de la marmota, dando palos de ciego, tirando de fórmulas que han funcionado en el pasado. Hola, hemos vuelto a 2005.
Barei será competencia directa del tema Belga de arriba, ambos con base funk, Bélgica sonando más a Jamiroquai y Barei al hilo musical de una frutería china.
El caso de Xuso Jones es el más gracioso: los suecos le han colado (y cobrado, supongo) el cuarto reciclaje de Euphoria. El segundo fue Glorious, que llevó Cascada en el 2013 quedando en el puesto 21, y el tercero fue el Amanecer de Edurne (también puesto 21). Pues mira, ahora se llama Victorious, y alguien del equipo de Xuso Jones considera que tiene un sonido "actual". Bravo.
Salvador Beltrán lleva una canción "hablada" en ese tono callejero heredado de lo mejor de la discografía de Alejandro Sanz. Ni enganchará votos por la letra, ni lo hará por la melodía. Por favor que alguien me explique la lógica de llevar una canción así.
Maverick lleva exactamente lo que se esperaba de él. Premio a la coherencia.
Lo de Electric Nana me recuerda peligrosamente a Italia 2014 (Enma - La mia città), el peor puesto de su país en la historia del festival. Curiosamente, también el 21.
La única inteligente aquí ha sido María Isabel. Ha invertido cero en el tema -que ya estaba en el mercado desde octubre- y le va a dar una segunda vida con una gala en prime time en TVE. Ni siquiera tendrá que rodar videoclip. Si la canción resulta seleccionada ya puede darse con un canto en los dientes, y si además queda por encima del top 15 en Eurovisión deberían nombrarla personalidad del año en i+d.
Perdón por el tostón.