En mi opinión dar importancia a una bandera es una catetada del tamaño de una catedral. Sin ánimo de polemizar, claro está. Igual de ridículo me parece el que lleva la banderita de España en la pulsera que el que lleva la estelada. Esa es mi crítica al nacionalismo. Que van de modernas y cuando precisamente estamos en el año 2015 y la gente se empieza a sentir ciudadanos del mundo y parece que vamos venciendo la idea ridícula del patriotismo, van ellos y deciden dar tres pasos atrás para construirse una identidad más pequeña y minoritaria (con todos los simbolitos, eso sí, banderita, escudo, himno e historia creada al gusto de cada cual). Pero si, a lo mejor hoy no es el idea. Viva Beth!