A María Figueroa la explotaron a base de bien en Menuda Noche. Acabó enganchada a la coca para soportar el ritmo de las galas, había veces que llegaba a plató sin poder apenas articular palabra porque no sabía parar a tiempo con el Johnnie Walker. En los conciertos de la gira la obligaron a hacer twerking en el culo del rapero que interviene en el puente de "Yo tengo mi Pom Pom".
Por Sevilla hay gente que la ha visto volviendo de fiesta con las medias rotas y los tacones en la mano por la avenida de La Palmera. Una lástima de niña...