Una de mis excompañeras de piso era tan burra y daba tales portazos cada vez que salÃa de casa (de esto que hasta caÃa como arenilla del techo) que al final la terminó desencajando y nos pasamos un par de dÃas con su noche de por medio con ella abiertaâ¦
Pusimos la tÃpica silla contra el pomo, para darnos sensación de seguridad, pero la puerta ni encajaba en el marco asà que de mucho no servÃaâ¦
