Sigue siendo el antireality, es decir, todo súper artificial, pero Terelu tuvo algunos puntazos (naturales) que me hicieron reír. Lo que no entiendo, de verdad, es que se presten a todo el teatrillo de después, un debate que consiste en que los colaboradores critican cada detalle y ellas se cabrean como monas. De Terelu pues vale, podría tener un pase porque es la Paquita Salas de Telecinco y se ha visto obligada a esto para cobrar algo de protagonismo, pero que la madre Campos sea capaz de aguantar todo este chaparrón que le viene ahora no me cabe en la cabeza. Hija, ¿no sería más fácil decirle a los directivos que tú en el numerito de después no lo haces, que te perjudica? Porque, vale, es Telecinco y tienen que sacar mierda todos los lobos de Sálvame, pero es que el reality NO VA DE ESO. El público no lo ve con los ojos de los colaboradores, sino para reírte de o con ellas.
(Siento el tocho)