España último puesto merecidísimo: por su truño de proceso de selección, por el intérprete sin carisma, por ese estilismo cutre playero con ropa Inditex de hace tres veranos y, sobre todo, por esa canción mierder de compositor amateur escrita en la habitación de casa de sus padres y por esa producción inexistente. A ver, es que no hay más que fijarse en cómo sonaban el resto de las canciones. Lo del gallo es circunstancial.