Reconocimiento, respeto, saber de dónde bebes y que no has inventado nada. Ahí está la clave para hacer flamenco, seas quien seas, y no molestar (o molestar sólo a los flamencólogos puristas aburridos).
Yo he parado ahí, más que nada porque me parece que esas cuatro cosas es lo que no le falta a Rosalía. Bueno y porque el comentario sin venir a cuento de los hombres y el feminismo me parece una gilipollez