Con EMQ Rosalía proyectó una imagen de innovación y cierta transgresión en un momento (2018, año de OT9) y un género en los que -creo- no abundaba.
Incluso para quienes no conectaron con el disco, es imposible decir que Rosalía salió mal parada de aquello.
Yo empecé a seguirla en Instagram, pero después de 6 meses de stories rollo: "¿me quedan bien estas braguitas?" le di a unfollow. No me casaba ese personaje con la intérprete de EMQ o la monstrua que hizo de los Goya trending topic versionando a los Chunguitos. Y no voy a criticarla por sus stories, quede claro, que haga lo que quiera. Pero es innegable que tuve cierto desencanto, y probablemente no sea el único.
Evidentemente habrá ganado público, pero no creo que sea del tipo que busca referencias a La Maja de Goya en sus videoclips.