Yo me bajo pero sin hacer ruido. Ya doy por sentado que más que experimentación, que era mi esperanza al oír lo que iba sacando desde el MQ, es que lo ha fiado todo a un público que no soy yo: adolescentes y veinteañeros en sus prime y con oído y querencia para el reggaeton. Va a por ese público (porque quiere y/o porque ella se siente representada con esta música que está sacando ahora) y yo no encajo. Fin. No pasa nada.