No digo nombres, porque tampoco importa, pero, ¿desde cuándo para hacer valer algo hay que cortarle los talones a los posibles competidores? Ese rollo es muy tóxico y psicológicamente agotador. Sé que es inevitable comparar, pero que lo uséis unos y otros para hundir a los supuestos competidores una vez, y otra, y otra, y otra... Lo que vale, lo vale por sí mismo, no porque valoréis a los de alrededor como mierdas secas, hombreya.