Es que ella no quiere hacerse un Adele.
Lady Gaga ya no quiere que sus fans sean maricas tailandesas bailando sobre ladrillos. Quiere ser una estrella del rock, que la reseñen en Pitchfork, y tocar en festivales por Europa. Básicamente, que el público se la tome en serio.
Las no serias por la música que vayan abandonando el barco, por su salud.