Veamos.
Los antecedentes:
El viernes, tras 25€ de llamadas al 902, consigo que Vanessa, de la oficina de DHL en Murcia me llame para concertar la entrega del lunes, hoy. Le digo que en casa estoy a partir de las 13h30, y ella jura y perjura por la tumba de sus antepasados de La Alberca, que el repartidor me llamaría para acordar la hora en que pasaría por casa.
Los hechos:
A las 12h50 me llaman para decirme que el repartidor YA ha pasado por casa, que ola k asemos. Lo primero ha sido cagarme en la puta madre que parió a hijos tontos que llaman DESPUÉS de pasar por casa, cuando llamando ANTES nos ahorramos un viaje o un disgusto.
Después les he pasado la dirección del trabajo, y se supone que esta tarde pasarán por allí.
Yo ya he perdido la ilusión de vivir y de todo. Y si no trae hoja de reclamaciones esta semana me paso por consumo a poner una.