Sobreactuadísima, el tío que hace de Dios es horrible y canta de pena, un repertorio musical (quitando a Whitney) olvidable y sonrojante (el numerito de las 2 monjas en el comedor es bochornoso), una trama indescriptiblemente mala, una Belén Cuesta más María Barranco que nunca y en plan mal, números de festival de fin de curso...
Lo único que me gustó: que Macarena García da muy bien en cámara.
Por cierto, Belén Cuesta se ha llevado el Yoga a peor actriz, estando nominada también al Goya por el mismo papel.