A mí me toca los cojones que la obliguen a ponerse unos tacones si a ella, como persona humana, no le gusta ponérselos habitualmente. Lo mismo con las faldas, el otro día la de protocolo le preguntó que si estaba incómoda con falda y que probase a llevarlas a menudo para habituarse, y Marina volvió a decir que no se había traído ninguna falda de casa. Está muy bien lo de dejarse asesorar y mejorar, pero yo casi que la prefiero con las pintas que trajo en la primera gala y a gusto.