A mi esto me está pareciendo un peligro tremebundo, y se va a volver en contra del movimiento más pronto que tarde. De más está decir que apoyo el moviemiento en su integridad, y que se debe de producir un cambio de mentalidad no sólo en el público, sino en los medios de comunicación y en las administraciones de justicia. Pero este no es el camino.
No puede ser que una declaración pública tenga carácter per se de denuncia, prueba y sentencia, todo en una, sin posibilidad de prueba en contrario. Estoy seguro de que el 90% de las declaraciones son ciertas, y aún hay más que callan por miedo, vergüenza o imposibilidad de quejarse. Pero estamos viendo como una declaración en un medio público sirve para otorgar la credibidilidad al 100x100 de una parte, sin que nos paremos a cuestionar lo más mínimamente ese testimonio. Parece que todos nos hemos concienciado de repente de la opresión que han venido sufriendo las mujeres, y nos sentimos culpables por no haberlo visto antes, o haberlo visto pero no haber hecho nada cuando lo teníamos ante nuestras narices. Y entonces ahora deseamos recuperar el tiempo perdido a las bravas saltándonos cualquier procedimiento civilizado de justicia, esto es: denuncia, contestación, posibilidad de que cada parte presente sus pruebas y un tercero imparcial decida a la vista de lo actuado quién lleva razón.
Es lógico que se haya producido este cambio violento de mentalidad, precisamente porque las mujeres han estado silenciadas durante mucho tiempo, sin que gozasen de la más mínima credibilidad y hasta del más elemental apoyo por parte de la sociedad.
Pero el problema es que es un ecosistema muy frágil. Porque no todas esas denuncias van a ser ciertas. Pero mientras tanto, antes de que la justicia se pronuncie, se están tomando medidas concretas (despidos, acuerdos extrajudiciales, linchamientos públicos). Y llegará un momento en que se demuestre que algunas de esas demandas (por pura probabilidad, incluso dentro de las mujeres denunciantes las hay malas personas, psicóticas o simplemente en busca de dinero) era falsa. Y entonces va a ser muy difícil que la credibilidad que ha ganado en estos meses el movimiento de empoderamiento de la mujer no sea vea afectado, echando por tierra parte de lo ganado.
Este artículo de Margaret Atwood habla también sobre este punto de vista.
https://www.theglobeandmail.com/opinion/am-i-a-bad-feminist/article37591823/
http://www.elmundo.es/f5/comparte/2018/01/17/5a5f3b83468aebdd148b4686.html