Estoy más a favor que en contra de esa medida, pero se me ocurren varias razones para estar en contra:
-Una de las reglas que se mete en la cabeza a los conductores de autobuses es que no pueden dejar ni coger pasajeros fuera de las paradas. Por motivos de seguridad (atropellos).
-Perpetúa la idea de la mujer como sexo débil, cómo víctima.
-Discriminación positiva, sí, pero es discriminación. Por ejemplo, a los gays también nos atacan por serlo... ¿por qué no me dejan cerca de mi casa a mí también?
-Parar más veces de las previstas provoca retrasos. Y molestias al resto de pasajeros. Imagino que de noche no habrá tanta tensión como por el día, pero os aseguro que las rutas de autobuses se calculan al minuto, al segundo.
Creo que esto se ha puesto ya en marcha en Vigo, Bilbao y otras ciudades sin grandes problemas (excepto la polémica).