La segunda, siendo de momento peor que la primera tiene elementos que la sostienen en alto. El absurdo sostenido, como el del desatascador o los episodios en París, los diálogos efervescentes y constantes, la orgia de color de la residencia de verano... No sé, me parece un ejercicio de estilo muy de agradecer. Como decís, es teatral, no realista. Un musical sin canciones.