Lo del retoque en la sesión de fotos es de juzgado de guardia. Hay que entender que absolutamente todo lo que se publica tiene retoque: puedes jugar con la luz, con las sombras, con el contraste, con la intensidad de los colores, puedes borrar una sombra o un grano... Creo que todo eso lo tenemos más que asumido y que es como funciona el mundo de la imagen.
Pero de ahí a retocar fotos hasta el punto de que te falte medio ojo o, simplemente, no parezcas tú, hay mucha diferencia. A mí, en el fondo, lo que me da pena es no reconocer a la persona a la que llevo siguiendo desde pequeño. La edición de sus imágenes es tan bestia que, de repente, no parece ni ella misma.