Yo no sé si está en Oz pero me da la sensación de que, de alguna forma, se está premiando por toda una vida de sacrificio. Que le apetece beber y comer hasta hartarse, pues lo que le dé la gana. Antes todo eso lo llevaba mucho más controlado, o por lo menos es la sensación que daba. Recuerdo la obsesión con la dieta macrobiótica, el yoga y el deporte a todas horas, y en este momento me da que esas cosas no le preocupan lo más mínimo.