Yo entiendo a lo que se refiere Slavin. Una relación homosexual en 1983 no estaba bien vista, en general. Claro que había entornos en los que sí, pero no era algo generalizado.
Y que los padres de Elio asuman con toda naturalidad que el investigador que han metido en casa durante el verano se ha beneficiado a su hijito de 17 años, pues no termino de verlo, y menos en los años en los que se ambienta la película. Cierto es que los padres son unos progres y tal, y que a todos los que pertenecemos al colectivo LGTB nos hubiese gustado que nuestros padres fuesen tan comprensivos como los padres de Elio, pues sí. Ojo, y yo no tengo queja de los míos, pero me resulta poco creíble que a los padres no les surja conflicto alguno al conocer que su hijo es gay o bi y que además ha tenido un rollo con el inquilino.