¿Casualidad o cafetería?
La película por la que ganó el Oscar Marisa era una nadería noventera de sobremesa. El revuelo vino más bien por esto último y porque todas sus competidoras ese año la crujían (era la peor candidata de lejos), pero no porque su papel lo hiciese mal. De hecho, para lo jodidamente mala que es la película, ella está maravillosa, con esa voz de choni neoyorquina.