Lo malo de Nicki es que nunca ha sabido cuándo meter tijera, y lo hacía muy mal a la hora de encontrar un equilibrio entre el hip-hop y el pop. En un mismo disco te metía 3 o 4 negradas chungas que te cagas y doce baladas aburridas, rompiendo totalmente el sonido del álbum a nivel de cohesión.
(Y con esto no quiero decir que cosas como Super Bass no sean temazos que te mueres.)
Con Cardi tenía ese miedo, y gracias a dios ha tirado por el sonido que estaba deseando.