Qué maravilla de película, emocionante hasta decir basta. Creo que Almodóvar ha volcado gran parte de su alma y sus recuerdos y se ha mostrado de una manera que creo que será lo más cerca que alguna vez hará de una autobiografía.
Asier Etxeandía me ha gustado pero su edad me ha sacado de lo que se supone debía ser su personaje. Sbaraglia lo hace muy bien, esa risita nerviosa hace que empatices con él.
Aunque, como siempre, las mujeres se llevan la palma: Cruz en su tono adecuado y Serrano soberbia, regalándonos un plano de sus manos desenmarañando los crucifijos que es poesía hecha cine.