Pues ahora que tienes tiempo, reflexiona y piénsatelo un poquito con tranquilidad antes de actuar. Si llegas a la conclusión de que esa línea mejor no cruzarla porque no te motiva tanto, pues no pises un terreno que bastante pantanoso de entrada resulta ya. Y si te apetece probar, pues dale, aún sabiendo que existe el riesgo de que pase algo que estropee la amistad. Y si aún así os lanzáis, va bien y pasáis un buen rato de relansea y luego os quedáis tan pichis, pues mejor.
Es cuestión de que te decidas. Las tres cosas a la vez el mismo día no puede ser. Marear la perdiz es absurdo a la par que contraproducente, tanto para ti como para la chavala.