En el tren al aeropuerto del Prat, se ponen unos (creo que rumanos) a tocar y cantar. Ya no vale Cielito Lindo, ahora hacen versiones actuales y tocan el Ay si eu ti pego, entre otras. Llevan un micrófono cada uno y un amplificador bestial que produce sonidos equivalentes a los de un festival. Dentro de un tren.
En el trayecto de ida, coge el del saxo y le toca al lado del oído a un hombre que estaba durmiendo. El gilipollas se empieza a reír en su cara y a decirle que por qué no había dormido.
A la vuelta estaban otra vez en el tren. Después de pasar la gorra, al verme que tenía un paquete de chicles, se me acerca el del saxo a pedirme. Le dije que me parecía horrible lo que estaban haciendo, que el volumen era infernal y que no respetaban la libertad de los demás. Que entiendo que hagan música, sea más o menos de mi gusto, pero no con el volumen tan alto. El tío me dijo que si no había dormido porque había follado mucho por el culo. Tenía a mi novio al lado y él evidentemente nos quería ofender. Ahí empezó una retahíla de insultos homófobos. Pienso ir a denunciarlo, primero a Renfe por pasividad ante este atropello a la libertad de los usuarios, porque el volumen es realmente atroz (ellos tienen que conocer que esto sucede más que de sobra) y luego a la policía por los insultos homófobos.