Cuando volvía de correr, antes de llegar a la terraza de una bar, desde lejos he visto que dos tías me miraban, chismorreaban y se reían y me volvían a mirar. Cómo si me conociesen de algo, y a mi no me sonaban de nada. Me ha dado mal rollo. No me gusta la gente que se me queda mirando y se rie en mi cara.