Los padres recientes son muy libres de tener vida y salir de casa. Un bebé llora donde le da, por hambre, por sueño o por lo que sea, y si se ponen muy guerreros, lo normal es que el progenitor se levante, se lo lleve afuera o lo intente calmar haciendo x, y o z. Lo que hablamos son de niños coñazo y padres con actitud de "ni lo oigo, jódete".