Vaya, que en el diseño del androide que representó Rutger Hauer seguramente se esmeraron y pusieron extremo cuidado en varias partes de su anatomía, pero en vez de mostrarnos al sujeto mostrando potencia pélvica, Ridley nos lo escamoteó y nos lo hizo pasar por juglar de emociones.
No te lo perdonaré jamás, Ridley, JAMÁS.