No creo que nadie niegue que algunas han rebajado el tono, unas porque se han acomodado (Sharon) y otras porque el sector demográfico de su fandom ha cambiado mucho desde el concurso (Katya)
Pero esto ya lo hemos hablado, es el precio que hay que pagar por hacerse mainstream. A mí tampoco me entusiasma que el Dragcon parezca un chiquipark ni que Manila no pudiera sacar el vestido compresa, pero veo Drag Race sabiendo el tipo de drag que voy a recibir y sin mucha pretensión de transgresión a estas alturas.
Para ver drags puestas de Xanax con rosarios metidos en el culo vomitando en el escenario me pongo Dragula y ya.