Creo que en lo que estamos totalmente de acuerdo es que, en un mundo ideal, no sería necesario entrar ni salir del armario, ni tener que declararse abiertamente gay en caso de serlo y poder llevar la vida que a uno le plazca.
Pero por desgracia no es tan fácil. Y yo entiendo y empatizo con ese acojone en el ámbito laboral, muchas veces auto impuesto, pero yo mismo he evitado en ciertos momentos hablar de mi vida personal en según qué ámbitos de trabajo, por si acaso. Afortunadamente pude salir del armario sin ningún tipo de consecuencia (por eso digo que muchas veces la bola nos la creamos nosotros mismos, que no siempre, claro está) y sin que ocurriera absolutamente nada. Pero el momento en el que sales del armario con tu jefe/a o con l@s compañer@s de trabajo puede llegar a dar vértigo, así que, cómo no lo va a dar hacerlo frente al mundo?
Yo admiro la valentía de aquellos que han sido fieles a sí mismos al 100% durante toda su vida y jamás han camuflado, disimulado o filtrado su realidad frente a su entorno pero no todos somos así de valientes o fuertes. Y si además presionamos a las personas que puedan tener miedos al respecto, creo que lo único que conseguimos es que se encierren aún más y les cueste más pronunciarse.