Yo ya tengo la mantilla preparada y nuestra filipina Margarita ha lustrado los stilettos negros para ir a rezar mañana. Esta noche me dejo los rulos puestos y mañana Marga me carda el pelo a punto de nieve, que ante este golpe de Estado que estamos viviendo he decidido que no libre; tiempos de necesidad , medidas extremas.
Ella por supuesto lo entiende. Las filipinas no son como las latinas, que te pueden salir o muy buenas o muy malas, pero siempre son pedigüeñas. Las filipinas aún recuerdan aquellos tiempos gloriosos coloniales y te limpian el baño hasta con una sonrisa. ¡Qué suerte tuvimos con Marga!
¡Marga! ¡Margaritaaaa! Deja de pasar la aspiradora que me distraes y traeme un poleo que estoy revuelta.
Pues eso, son sorprendentes estos tiempos que nos ha tocado vivir. Una ya no sabe ya qué hacer entre tanta traición y poco decoro.
¿Reír? Salen arrugas.
¿Llorar? Qué sobrevaloradas están las emociones hoy en día...
Las penas siempre se arreglan en la alcoba, nadie tiene que verte llorar salvo tu marido.
Yo no soy franquista, aunque viví muy bien en aquella época. Y lo que no se puede negar son las cosas buenas que hizo Franco.
¿La Seguridad Social? ¡La creo él!
¿Los pantanos? ¡También!
Pues por eso voy mañana a misa, por España. Cuando la Iglesia te requiere, no se puede hacer otra cosa que acudir.
¿Marga me has sacado los pendientes de clip de la caja fuerte?
Esa bisuta barata que me regaló Curra no, ¡estúpida! Los zafiros de Suárez.
El azul siempre he ha alegrado la cara, ¿sabéis?
Me lo dicen siempre las dependientes, que me da mucha vida al rostro. Y la vanidad y el orgullo son un pecado, pero es verdad. Luego me confieso y ya está.
Tengo los ojos azules claros, esto lo heredé de mi padre, que su familia venía del Norte. De cuando los vascos eran los más españoles y no como ahora, que son todos unos etarras.
Por eso me combina tan bien el azul, y el azul zafiro claramente no es un color que pueda lucir todo el mundo.