Qué problema tan enorme tiene la izquierda en España que cuando está en los despachos da espectáculos lamentables como lo de la Ley Zerolo ayer, que no se sabe si es por mojigatería, pequeñez de miras o directamente mala fe, y cuando está en el activismo de la calle da otro tipo de espectáculos lamentables, como la dichosa manía de acabar en vandalismo cualquier manifestación como lo de ayer con Hasél (por lo menos en Barcelona, que nos va un correfoc), donde los cuatro aprovechados de siempre tienen su subidón de adrenalina quemando contenedores y saqueando tiendas, y da igual que sea por una desokupación, que un primero de mayo, que la sentencia del procés.
Por otro lado, OTRA persona a punto de perder el ojo, si es que no lo ha perdido ya. ¿Cuántos tuertos hacen falta parea que la puta Brimo deje de usar las pelotas de foam en este tipo de situaciones?
Y mientras tanto, 210.000 fascistas con sus 11 escaños en el Parlament, dispuestos a redoblar el espectáculo y a hartarse de palomitas cada vez que vea todo lo anterior.