Yo la primera vez que lo escuché fue de una ex compañera de trabajo. Ese día llovía, le abrí la puerta a Fulanita y seguí con mi faena. Al rato oímos a una segunda compañera decir Fulanita, que se ha metido un chochazo y la vemos tirada en el suelo, se había resbalado pues llovía y había un poco de agua en el suelo de algún paraguas. Tuvimos que aguantar la risa al levantarla del suelo, y ya se quedó con Fulanita la del chochazo para siempre.