Lilith que no podía ser más cero a la izquierda, por otra parte, y nunca mejor dicho.
El activismo efectivamente no es muy compatible con el ejercicio del poder. Hasta donde llegan tus competencias y en lo que trabaje tu equipo, todo es asumible, pero como ejemplo de una moral política total, NUNCA vas a ser irreprochable. Que se lo digan a Ada, que las pacificaciones del Eixample las estudian en las escuelas de urbanismo, pero menuda nos metió (o le metieron, pero al final nos metió) con la Copa América.