La de Maialen no está nada mal, la verdad.
La de Nía está llena de buenas intenciones, mezlcando latineo clásico y contemporáneo, pero me da la sensación de que no termina de explotar. Es como que le falta fuerza a la base, una parte instumental más potente, especialmente en las partes de viento, metal y percusión caribeñas.