Sí, lo gracioso es que en este caso la canción con título emoji es la más potable del álbum.
El álbum en general suena a que Chris Martin está feliz, su café de civeta estaba en su punto y ha leído a Paulo Coelho. A veces dan ganas de gritarle "QUE DEJES DE CANTAR LALALÁ, JODER" y otras de dejarle en paz con su guitarrita, pero vamos, que es más de lo mismo que lleva haciendo estos últimos años.