Este año está siendo interesante para la escena post-punk, con discos como el de Viagra Boys y Shame, que son bastante majos. Sin embargo, me parecen discos casi anecdóticos si los comparamos con el impresionante debut de "Black Country, New Road", al que estoy absolutamente enganchado, y de momento es lo mejor que he escuchado este año con diferencia.
Por sus fotos parece algo así como el club de música del instituto, pues tienen hasta saxo y violín, pero no hacen versiones de Arcade Fire sino rock bastante libre (por definirlo de alguna forma). En ocasiones es estilo es muy cercano a Slint (Athens, France), en otras más rollo Math Rock, a lo Black Midi o Battles, aunque las canciones suelen tener bastantes giros (son 7 canciones, algunas bastante largas), y hasta ramalazos de música judía. Eso junto con unas letras de angustia adolescente un poco repelentes (autoconscientemente pretenciosas, quizá), pero que en conjunto creo que tienen sentido.
Es el típico disco que gana con las escuchas, pero que una vez le coges el gusto entra entero del tirón. En cada canción intenta hacer cosas diferentes, unas más secas, otras más enérgicas, alguna como Track X es hasta bonita, con lo que es difícil aburrirse.
Y Sunglasses (que era de 2019 pero la han rehecho) es increíble: